Hace medio año que escribí el post anterior, donde mencioné muy por encima mi salida de Dondo y que no tenía ni idea de lo que quería hacer, pero que morirme definitivamente no era una opción.
En este medio año, ejecuté un plan que tenía pensado hace bastante tiempo: terminar mis estudios de pregrado. A día de hoy (febrero de 2024) puedo decir que ahora sí terminé mi universidad y estoy solo a la espera de recibir el diploma que lo acredita. Era una tarea pendiente que tenía desde hace tiempo, aunque una que a la hora de la verdad, nunca me preocupó fuertemente.
Mi relación con el estudio ha sido de amor/odio: me encanta aprender cosas interesantes, pero odio aprenderlas por obligación. A sido así desde niño, siempre le saqué el cuerpo a todo lo que era obligatorio y que no le veía el sentido, pero siempre me "enratoné" con temas que me parecían raros e interesantes a la vez. A lo obligatorio le solía dedicar lo mínimo necesario, y a lo que me interesaba, nunca me preocupó la nota (lo cual extrañamente se evidenciaba al final con notas altas jajaja).
De cierto modo, terminar la universidad no fue algo que me haya quitado el sueño, o sea, sí, pero nunca fue un pensamiento que me carcomiera ni nada, no vivía preocupado por eso, porque realmente no tenía necesidad. Quienes buscan títulos a veces lo hacen por motivos económicos (desde hace tiempo ya podía sustentarme a mí y mi familia, entonces eso no era una razón ya), o por temas de orgullo familiar (hay quienes buscan graduarse para congraciarse con su familia), o algunos, muy pocos creo yo, por diversión.
Este reingreso me permitió recordar y re-experimentar muchas situaciones que había olvidado, y que aunque de forma directa no me impactaron en su momento, en su conjunto y ya un par de meses después de terminar, siento que me hacían falta experimentar.
El día que me gradué de la secundaria, recuerdo que fue un 4 de Diciembre, y tengo muy vivido el recuerdo de tirarme encima de mi cama, boca arriba, y pensar «al fin se acabó, ya no tengo que verle la cara a ninguno de esos inútiles» (porque claro, yo estuve a punto de no poderme graduar por culpa de un profesor que decidió que sería buena idea irse de vacaciones sin montar solo mis notas... cómo no iba pensar así).
Curiosamente, también fue el 4 de Diciembre el día que me enteré de la última nota que hacía falta para saber si terminaba o no la última materia que completaba el plan de estudios, pero esta vez no pasó ese pensamiento por la cabeza. Y creo que la razón es que no había nadie a quién olvidar, porque quizás ya muchos habían quedado olvidados de antes.
Lo que sí es cierto, es que aunque nunca me pesó grandemente el no haberme graduado, el saber que ahora sí soy un Ingeniero como que sí aligera algo por dentro... si lo fuera a poner de alguna manera, es como cuando uno va con el celular dando vueltas en un bolsillo, y se llega a un sitio donde se puede dejar sobre una mesa... un peso pequeñito, pero peso al fin y al cabo.
Por otro lado, mi situación económica está deteriorándose rápidamente, por situaciones que quizás comente en el futuro. Lo que sí es que mirando fechas, estoy a dos meses de cumplir un año del cuasi-naufragio, viviendo de ahorros, en una especie de año sabático que tampoco lo pensé como tal, pero que definitivamente necesitaba. Espero tener buenas noticias pronto si Dios quiere.
Peace
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